martes, 23 de febrero de 2010


ÉTICAS TELEOLÓGICAS VERSUS ETICAS DEONTOLÓGICAS.

Teleológico y Teleología aparecen también asociadas a problemasrelaciona dos con la Filosofía Práctica o /Ética como el siguiente: ¿cuáles sonlos criterios, en virtud de los cuales decidir la bondad moral de nuestrasaccion eso modos de acción? Se trata de analizar si las acciones son siemprebuenas o malas dependiendo de sus resultados y de las circunstancias en que sellevan acabo, o si hay acciones que son moralmente buenas independientemente desus resultados, etc.

Básicamente, hay dos respuestas lógicamente incompatibles a dichacuestión. a) Primera: la bondad moral de nuestras acciones o modos de acción,dependerá de la bondad moral de sus consecuencias en una situación dada (una decuyas consecuencias, al menos prevista, es el fin mismo de la acción). b)Segunda: el valor de nuestras acciones o modos de acción es una cualidadintrínseca de la acción misma, independientemente no sólo de lasconsecuencias de la acción, sino también de cualquier circunstancia en la queesta tenga lugar. A la primera tesis la denominamos criterio teleológico; ala segunda, criterio deontológico. Según el criterio teleológico, elmodo de acción consistente en mentir, por ejemplo, no debe sercalificado de moralmente malo o inaceptable sin más, es decir, al margende las circunstancias y/o consecuencias a las que una realización concreta deese modo de acción pudiera dar lugar. Según el criterio deontológico, por elcontrario, cualquier realización concreta de ese modo de acción será moralmenteinaceptable y, en consecuencia, será moralmente inaceptable el modo de acciónmismo.

En ocasiones se ha acusado injustamente de que la adopción de uncriterio teleológico conlleva necesariamente la adopción de una éticarelativista, tecnócrata y egoísta. Vamos a intentar mostrar que esto esincorrecto, enumerando y analizando algunas de las dificultades de la adopciónde uncriterio teleológico y algunas réplicas a las mismas.

Las dificultades del criterio teleológico parecen ser lassiguientes:

1. Imposibilidad de una estimación completa de todas lasconsecuencias de nuestras acciones en una situación dada. Esta primeraobjeción señala la inviabilidad práctica del criterio teleológico dado que,como parece exigir el criterio, una valoración completa de una acción en unacircunstancia particular, requeriría la previsión completa de todas susconsecuencias. Y esto, la mayor parte de las veces, por no decir todas, resultapráctica o teóricamente imposible. De otro lado, referir la bondad de unaacción a la bondad de sus consecuencias parece indicar la existencia en talcriterio de una especie de circularidadinsoslayable.

2. El criterio teleológico hace imposible el aprendizaje moral. Las normas y valoresmorales deben ser aprendidos. Sin embargo, si siguiésemos una concepciónteleológica, el aprendizaje de lo que es moralmente correcto se haríaimposible, dado que no pueden preverse todas las circunstancias en las que laotra persona deberá actuar, ni tampoco los resultados de sus acciones posibles,por lo dicho anteriormente. Por otro lado, una regla general como «actúa demodo que aumentes al máximo el beneficio o utilidad esperada», se haría inoperante en lapráctica. A falta de una regla a priori que me indique lo que es bueno omalo hacer, podría confundir mis intereses personales con lo que es moralmentecorrecto hacer.

3. E lcriterio teleológico pone en peligro el principio decooperación en el que se basa toda la vida social. Y esto básicamente porque,en unos casos, es preciso actuar sin necesidad de conocer las intencionesde las demás personas; y en otros, es preciso poder confiar en que losotros actuarán de una forma concreta. La vida social sólo es posible si cadaindividuo espera que los demás vayan a comportarse o a respetar ciertos principios,normas o convenciones con carácter general, y no que vayan a comportarse segúnestimaciones de consecuencias.

4. El criterio teleológico carece de una escala de valoreshumanos. Según las Éticas Teleológicas, como no hay actos buenos o malosen sí, sino dependientes de las circunstancias y de las consecuencias, no hayderechos inviolables. Y esto parece llevarnos inexorablemente a la conclusiónde que, en ciertas circunstancias, podría considerarse legitimado el sacrificiode los intereses (o de los /derechos fundamentales, como el de la vida o lalibertad) de algunas minorías, en función de considerar los intereses deciertas mayorías más deseables en general.

No obstante, aunque dichas dificultades pudieran parecer decisivas,no es así. Las posibles réplicas a las mismas pueden enunciarse como sigue:

1. La cuestión no consiste en disponer de un conocimiento completode la situación, a la hora de tomar decisiones moralmente correctas, sino endisponer del mejor conocimiento posible. En segundo lugar, no existe talpretendida circularidad. Se ha argüido, por ejemplo, que tenemos unconocimiento intuitivo de los fin eso resultados que son buenos y, no obstante,ello no implica que nuestro juicio práctico acerca de nuestro deber vaya, porello, a ser evidente. Por otro la do, se ha dicho que el valor de un fin oresultado no indica una cualidad del mismo, sino que está en relación ala estructura del ser humano, a sus necesidades básicas y a sus intereseslegítimos.

2.Pueden ser enseñados como acciones moralmente correctas aquellasque, en la práctica y de modo general, han mostrado dar los mejores resultados.Por ejemplo, ser responsable con los deberes propios, valorarse a sí mismopor lo que se es y no por lo que se tiene, ser solidario con los demás, etc.,son acciones que tienen, por regla general, mejores resultados que sus accionescontrarias o que el no llevarlas a cabo. Por consiguiente, son valores o accionesque pueden considerarse correctos o válidos a priori.

3. El criterio teleológico no niega la utilidad de ciertasconvenciones, ni cuestiona su moralidad. No obstante, las convenciones nopueden considerarse en sí mismas el fundamento de la moralidad: antesque fundamentar, las convenciones deben ser fundamentadas teleológicamente.

4. La ética teleológica no implica necesariamente que no existan derechosin violables. Lo único que enuncia es que, en una situación determinada, la acciónmoralmente correcta es aquella que produzca los mejores resultados. El punto devista teleológico puede aceptar perfectamente derechos inviolables (ala vida, ala intimidad...). Para ello basta mostrar que, en cualquier circunstancia, o enla mayoría de las circunstancias, dichos resultados son los mejores resultadosposibles. Por ejemplo, mentir tiene, por regla general, malas consecuenciasmorales.

Por consiguiente, según la tesis teleológica, no es moralmentecorrecto mentir (en general). La insolidaridad, por regla general, tiene malasconsecuencias morales. En consecuencia, no es moralmente correcto serinsolidario.

BIBL.: AA.VV., Proceso al azar, Tusquets, Barcelona 1986; ALVIRA R.,Lanoción de finalidad, Eunsa, Pamplona 1978; ARISTÓTELES, Moral,aNicómaco, Espasa-Calpe, Madrid 1978; BOREL E., Las probabilidades de lavida, Orbis, Barcelona 1986; MACINTYRE A., Historia de la ética, Paidós,Barcelona1988; MONOD J., El azar y la necesidad, Orbis, Barcelona 1985;MOSTERÍN J.,Racionalidad y acción humana, Alianza, Madrid 1987;PRIGOGINE L, ¿Tansolo una ilusión? Una exploración del caos al orden, Tusquets,Barcelona1983; TRESMONTANT C., Ciencias del universo y problemas metafísicos, Herder,Barcelona 1978; VON WRIGHT G. H., Explicación y comprensión, Alianza,Madrid 1981.

S. Sánchez Saura

No hay comentarios:

Publicar un comentario